martes, 15 de noviembre de 2016


Para los días 21 ó 22 aproximadamente, del mes de Octubre de 1926 y mientras la goleta "El Pinta Azul" iniciaba su viaje de retorno desde Nassau, un terrible huracán azotó Bahamas.

Según los estudios de los observatorios, las primeras señales de esta perturbación ciclónica se registraron en la tarde del día 17 de Octubre, por los 14 grados de latitud norte, o sea a unas 100 millas de la costa oriental de Nicaragua y en tan solo un corto lapso de tiempo, se transformó en una de las tormentas tropicales más espantosas que haya conocido la historia de nuestras tierras.

Con una trayectoria lenta y caprichosa, este siniestro sembró la muerte y la destrucción en Cuba, Bahamas, Islas Bermudas y todo el sur de La Florida incluyendo los cayos, dejando tras de si uno de los peores recuerdos de desastres que la humanidad pudiera concebir jamás.

.....ya para la noche del 19, comenzó a azotar Isla de Pinos y para el día 20 arrasaba con furia, las provincias de La Habana, Matanzas y Pinar del Río, con una categoría IV y una velocidad de los vientos de 150 mph o sea 240 kph, dejando un saldo de mas de 600 personas fallecidas y mas de cien millones de pesos, en perdidas materiales sin contar los miles de heridos, desaparecidos y desplazados en un cortejo fúnebre de destrucción total.

La Ciudad de la Habana quedó completamente destruida, los puertos marítimos fueron embestidos con fuerza, destruyendo cientos de embarcaciones de todo tipo, los árboles y postes del alumbrado publico derribados, al igual que la perdida total de las cosechas de las tres provincias occidentales y cientos de miles de personas, desposeídas de todos sus bienes materiales en un intervalo efímero de varias horas, quedando asi condenadas al hambre y la miseria.


.....este ciclón según Alejo Carpentier, dejo una serie de fantasías tremebundas como marcas de su paso: una casa de campo trasladada intacta a varios kilómetros de sus cimientos, goletas sacadas del agua y dejadas en la esquina de una calle, estatuas de granito decapitadas de un tajo; coches mortuorios, paseados por el viento a lo largo de plazas y avenidas, como guiados por cocheros fantasmas. Y para colmo, un riel arrancado de una carrilera, levantado en peso, y lanzado sobre el tronco de una palma real con tal violencia, que quedó encajado en la madera, como los brazos de una cruz.
Una palma real atravesada por una viga

A este terrible huracán se le conoce con el nombre de "Huracán Habana-Bermudas", porque una vez que abandono Cuba, azotó con fuerza Bahamas, Bermudas y todo el sur de la Florida incluyendo los cayos, dejando un saldo en todo su itinerario, de un total de 267.4 millones de
Dólares en perdidas materiales y 1,554 perdidas humana reportadas, aunque se supone que hayan sido muchas mas. 

Mi abuelo Porfirio González, nació en Gibara y era hijo de emigrantes Canarios, casado y con cuatro hijos, de oficio marinero y según me contó mi abuela el era el Capitán de la goleta "El Pinta Azul". Según la historia, este barco daba viajes Gibara-Nassau en un tramite de compra-venta de mercancías, o sea que se exportaban muchos productos de Gibara y de toda la región y luego se importaban otros tantos desde Bahamas.

Según cuentan, mi abuelo no quería zarpar por el mal tiempo, pero luego se tomó esa terrible decisión, sabrá Dios por que.


Ese terrible Huracán mató a mi abuelo y a los demás nobles tripulantes de "El Pinta Azul" dejando devastadas y condenadas a la miseria a varias honorables familias de la villa de Gibara, dentro de ellas a mí adorada abuela que solo Dios sabe los sacrificios que tuvo que hacer, con tan solo veinte años, llevando una vida austera, para poder sacar adelante a sus cuatro hijos y ofrecerles una educación básica así como un oficio útil a cada uno de los huérfanos.

Solo esto sé de mi desdichado abuelo, que todo lo que hizo en su corta vida fue trabajar para sustentar a su amada esposa y a sus queridos hijos...



.........para ellos un beso........donde quiera que esten.